El Portomar Cortegada en categoría cadete se desplazó a Vigo a jugar contra el Celta en un fin de semana en el que nuestro equipo se enfrentaba por partida doble a los dos primeros clasificados de la competición en viernes y domingo. Presentó la baja de Sara por un esguince de tobillo.
Después de una semana donde se insistió en mejorar ciertos despistes del partido pasado, Cortegada midió fuerzas contra un mismo estilo de juego. Esto deparó un partido de baloncesto puro, de altos vuelos, muy físico y que hizo disfrutar a todos los presentes en el pabellón de Bouzas. 40 minutos de defensa individual por ambas partes que abrió la cancha, permitió el juego agresivo y veloz de los dos equipos, de contactos físicos que supieron permitir con ecuanimidad el dúo arbitral, y que hizo que se jugase basket a toda pista. Velocidad, defensas de líneas de pase, ayudas y recuperaciones, pérdidas de balón, recuperaciones que se convertían en contraataques, y todas las situaciones que el juego ofrece cuando se permite jugar a niñas en categorías de base.
Portomar empezó ofreciendo una fuerte resistencia a nivel defensivo, aunque un poco bloqueadas ofensivamente pues Celta apretaba mucho también. Las rotaciones dieron aire a nuestro equipo y anotamos con mayor facilidad igualando los guarismos. La presión de las de Vigo por momentos se hizo difícil de superar pero Cortegada una y otra vez encontraba la manera de pasar esa primera línea defensiva celtista e incluso con ventajas que se traducían en superioridades que aprovechamos. El juego estático fue casi inexistente, ambas escuadras derrocharon voluntad defensiva y corazón, y jugaban en ataque a la carrera, así que tuvimos un partido con ritmos altos, muchas posesiones e intensidad permanente. Esto permite que todas participen del juego y se vacíen en la cancha. Sirva como dato que todas las jugadoras de Portomar anotaron y tuvieron sus oportunidades en el juego. Durante varios minutos, así como 8 ó 10 ataques no anota ningún equipo y de repente en 1 minuto y 4 ataques se convierten 10 puntos. Un partido que se jugó así, en estado puro, baloncesto de base real, de cara a cara, ideal para el desarrollo de todos los aspectos físicos, técnico-coordinativos y de la personalidad y carácter de nuestras niñas, una celebración del basket.
Con respecto al marcador, sólo nos impidió pelear el partido la falta de acierto en los lanzamientos en los que estuvimos erráticas. El derroche de esfuerzo y el juego físico dificultaba llegar con el corazón a bajas pulsaciones para ejecutarlos, pero lo importante fue llegar a esos tiros. As carrilexas jugaron muy bien, y tanto la jugadora que conducía el balón al aro como las que no lo tenían, que se movían para darle salida al balón, hacían que se llegase a los tiros francos. Con un poco de acierto hubiésemos peleado el marcador.
Felicitar al Celta por proponer este partido valiente, que enriquece el juego, y por su merecida victoria. Enhorabuena a las nuestras por este partidazo.