Llegaba el Celta a Carril invicto en la competición y con la aureola de favorito contra el Portomar.
Nuestro equipo recuperaba a las tres jugadoras que causaron baja la pasada semana y afrontaba ilusionado un partido contra un gran rival. Se puso en marcha el encuentro con un Celta más enchufado y que pronto se fue en el marcador. Las nuestras eran superadas en el 1×1, las ayudas eran tímidas,la defensa sin comunicación y las recuperaciones defensivas se sucedían con poca agresividad y sin convicción. Esto, unido a la poca capacidad reboteadora hizo que, ante un oponente tan fuerte te superen cada vez. Portomar recibió 25 puntos en el primer cuarto, algo inaudito para las de Carril, y a la vez significativo, que manifiesta endeblez defensiva. A partir de este momento Portomar entendió que debía aumentar la concentración para rebotear, defender y correr. Así fue, los guarismos se mantuvieron e incluso fueron reducidos gracias al esfuerzo colectivo. El Celta se metió en una zona agresiva que fue muy bien atacada por las nuestras, generando canastas y llegando a tiros abiertos sin oposición pero que tuvimos la mala fortuna de errar. A los tiros se llegó, que es lo importante, ahora resta meterlos, y esto requiere mucha repetición y entrenamiento. Ya sabeis flacas, para no llorar el día de partido por fallar hay que entrenar mucho y bien antes. Los milagros en basket no existen, sólo el trabajo diario.
Portomar plantó cara tres cuartos al Celta pero le lastró un mal inicio. La lectura es, en general positiva. debemos alegrarnos y celebrar cada partido que se juegue contra un rival mejor. Logramos controlar el rebote y atacamos la zona estupendamente. Nuestro rival fue más agresivo, pues tienen un equipo fuerte y competitivo. Por último y como reflexión pre, durante y postpartido: “debemos centrarnos en lo que podemos controlar, y olvidarnos de aquellas cosas que no.” Colegiados, grada, rivales, etc., no son nuestro objetivo de atención, centrémonos en lo nuestro, que lo hacemos muy bien. Y como consecuencia llegarán los resultados, pero primero focalizar en nuestro rendimiento individual y grupal. Jugar con la vista en el marcador es crearse una tensión innecesaria y nos desorienta. Aunque la derrota ciegue, hay varias cosas que no hicimos hace semanas y que en este partido afloraron. Enhorabuena!
Ánimo ADC, el próximo día tendremos otra buena oportunidad para seguir madurando nuestro juego.