Partido correspondiente a la sexta jornada que cerraba la fase regular de la liguilla de la Copa de Galicia.
El Portomar Cortegada viajaba en autobús acompañando al equipo junior zonal, que también jugaba en Ourense en la tarde del viernes, con la clasificación para la fase final de la competición copera hecha, mientras que el rival se jugaba su acceso.
El partido se puso en marcha con un alto ritmo y dos equipos con estilos diferentes intentando imponer su forma de jugar. Portomar salió a toda velocidad defendiendo fuerte e intentando correr, y mientras logró desarrollar esta intensidad dominó el juego. Sin embargo, Carmelitas que es un gran equipo, paró este ritmo y a base de triples en su juego posicional, como ya sucedió en la ida, encontró una vía abierta para superar la defensa de las de Carril. Los guarismos eran igualados en los primeros compases y, aunque el equipo local iba por delante, las diferencias eran pequeñas. A la vuelta del descanso Carmelitas recurrió a hacer zona en defensa esperando el fallo en el tiro de las de Vilagarcía y cerrando el rebote defensivo. Esta situación, unido al acierto en ataque desde la línea de tres puntos, abrió una brecha en el marcador para las de Ourense. Las sensaciones para las de Vilagarcía eran buenas aunque se distanciaban en el marcador. El juego, cuando se podía correr, o en posicional, cuando se movía el balón y se invertía de lado, generaba situaciones de ventaja y tiros en buenas posiciones, pero apenas hubo acierto. Al contrario que el rival, que llegaron a anotar hasta siete triples con un elevado porcentaje. El equipo de Ourense, necesitado de la victoria para acceder a la fase final de la competición, no dejó escapar la ventaja y, tras varios errores del Portomar dejándose coger rebotes defensivos y otros tantos robos de balón con picardía que significaron contraataques, rubricó la victoria final 65-43.
Nuestro equipo luchó hasta el final y peleó el partido, que se desequilibró en el tercer cuarto cuando se nos planteó una defensa que dejaba tiros y se separaba del balón dando mucha distancia, pero cerrando el aro con jugadoras de gran tamaño que son muy difíciles de superar cuando hacen ayudas. Las defensas pasivas que obligan a lanzar de lejos son una asignatura pendiente para el Portomar, pues nuestra forma de entrenar y de jugar es exactamente contraria. Así que, como se dijo aquí la semana pasada: reflexión, análisis y adaptación a los obstáculos que aparecen. Las próximas semanas pondremos los medios en el entrenamiento para mejorar y afrontar estos nuevos retos.
1,2, 1, 2, 3 ¨¨ A D C.¨¨