El Celta Selmark y el Portomar Cortegada disputaron ayer uno de esos partidos que enganchan a los aficionados, que se preguntan porqué este derbi no se juega en la máxima categoría del baloncesto femenino nacional.
Fue un partido que se resolvió por pequeñas cosas, si a tener a dos jugadoras como Sara Gómez y Montse Gilabert, se le puede llamar así. Aparecieron en los momentos claves del partido, dominando el juego de ataque y anotando cuando más lo necesitaba su equipo.
El partido comenzó con un gran interrogante para el Celta Selmark. Estaba claro que Minata Keita se encargaría de la marcad de Sy, pero quedaba saber quien se encargaría de Samba, la otra torre del conjunto arousano. Primero lo intensó Marta Canella, después Laura Alonso, y hasta lo intentó Ángela Coello. Lo cierto es que entre todas consiguieron frenar a la jugadora de Senegal, que al final del partido acababa con unos discretos seis puntos y cuatro de valoración.
El ritmo de los dos primeros cuartos fue trepidante. Las viguesas se mostraban muy acertadas en ataque, con porcentajes de tiro que alcanzaban el cincuenta por ciento, algo poco habitual en el conjunto céltico. En el Portomar, la dirección de Esperanza Ventoso le dio más libertad a Sara Gómez, que sin la responsabilidad de tener que dirigir al equipo veía aro con mucha más facilidad.
El cuadro arousanos tenía claras sus prioridades, que pasaban por meter balones a sus torres y encaso de tener problemas para hacerlo confiar en Sara y Montse, que llevaban el peso del equipo y de la anotación de su equipo.
Ninguno de los dos equipos consiguió tener grandes ventajas en el marcador, cuatro puntos para el Celta Selmark y dos para el Portomar Cortegada. Tanta era la igualdad, que al final de los primeros diez minutos de juego el cuadro vigués ganaba por un punto, y en el segundo los dos empataban.
En esos dos primeros cuartos el Celta Selmark rindió a un alto nivel. Tras el paso por el vestuario, el equipo entrenador por Carlos Colinas vivió el primer momento importante del encuentro cuando a cuatro minutos para llegarse al final del cuarto, el Portomar Cortegada consiguió una ventaja de seis puntos en el marcador, 39-45. Era un momento importante, ya que las viguesas habían entrado en un profundo bache y las arousanas habían logrado un parcial de 1-8.
Un dos más uno de Minata Keita, ayer estuvo sensacional, sirvió para contar la racha de las arousanas consiguiendo el Celta Selmark darle la vuelta al marcador e, incluso, ponerse por delante en el marcador.
Además, la zona puesta en pista por el cuadro vigués comenzaba a dar sus frutos. Parecía que el cuadro céltico podía encarrilar la victoria, ya que además el Cortegada comenzaba a acusar el esfuerzo realizado y la falta de recambios en el banquillo.
Pero la realidad fue muy diferente, y el Portomar Cortegada conseguía llegar al comienzo de los últimos diez minutos de juego con un punto de ventaja.
Como no podía ser de otra manera, el último cuarto del partido continuó con el mismo sistema de juego y la misma alternativa en el marcador. Los ataques comenzaban a ser largos, ya que los dos equipos querían asegurar las canastas, pues estaba claro que quien cometiera un error lo podía pagar muy caro.
Fueron las célticas las que cometieron esos errores a dos minutos para el funal, cuando el Portomar Cortegada logró tres puntos de ventaja que supo administrar hasta el final del encuentro. La última canasta de Minata puso la emoción a cuatro segundos del final, pero la acción desesperada de las viguesas no surtió efecto.
Faro de Vigo