Con su triunfo ante Badajoz aumentan sus opciones de jugar por el ascenso
La novena victoria de la temporada llegó para el Portomar Cortegada ante un Café Barco Badajoz que hizo de la especulación su plan de partido para sorprender a las de Rubén Domínguez.
El 5-0 inicial, unido al desolador aspecto del banquillo visitante con solo dos jugadoras disponibles para la rotación, fueron factores que parecieron condicionar la intensidad de las locales. Costaba establecer diferencias ante un rival que trataba de jugar con los ritmos a base de defensas que concedían el lanzamiento exterior.
Las pérdidas de balón se fueron repartiendo a partes iguales mientras el flujo de canastas llegaba a cuentagotas. El Portomar Cortegada dominaba a su antojo el rebote defensivo, pero rara vez estaba siendo capaz de traducirlo en contraataques que ayudasen a castigar la reducida rotación de las pacenses.
A la llegada del ecuador, el 33-28 dejaba bien claro que todavía quedaba mucho trabajo por hacer. La polivalencia de María José Bolonio y Larisse Milhomem estaba provocando algún desajuste en la defensa vilagarciana, por lo que todo el tercer cuarto discurrió con una igualdad manifiesta que dejaba todo por decidir para los últimos diez minutos.
Ahí fue cuando la clarividencia de Montse Gilabert empezó a dar más soluciones ofensivas a su equipo. Además, la resistencia de las extremeñas parecía que iba tocando a su fin. Fue situar la ventaja por encima de la decena para que ondease la bandera blanca por parte del Café Barco.
Ahora, las de Rubén Domínguez se sitúan a dos victorias de la fase de ascenso con tres jornadas por disputarse de la liga regular.