EL Portomar Cortegada sacó adelante la primera de las cuatro finales que tiene por delante para intentar clasificarse para disputar la fase de ascenso. Los resultados de la jornada fueron todos más o menos lógicos y la clasificación comienza a apretarse en esa pelea por la cuarta plaza. Todavía lo hará más en este esprint final. El partido del sábado en Pontevedra contra el Arxil será clave. Y promete que espectacular.
El de esta tarde, desde luego, no lo fue. Habían dejado las locales un gran sabor de boca en sus comparecencias más recientes en Fontecarmoa y esta vez no fue igual. Sí, ganaron, pero faltó algo.
Un parcial de 5-0 parecía aventurar un vendaval de las locales, con una Salomé tan crecida en ataque ?anotó diez puntos en el primer cuarto? como en defensa ante Bolonio. Pero no fue así. Rubén Domínguez ya advertía en la previa que el Café Barco se agarraba a los partidos pese a su mala suerte con las lesiones en esta temporada y lo demostró. A cada parcial de las locales respondían las visitantes con otro tirón para que el resultado no es estirara hasta romperse. Es verdad que pareció que al Portomar Cortegada le faltó el instinto asesino de rematar al rival cuando estuvo tocado, pero quizás solo fue una impresión.
El asunto es que el Café Barco llegó con vida hasta el inicio del último cuarto. Pero solo hasta ahí. A Bolonio se le acabó la gasolina y su equipo se quedó sin luces. Pudo haber sentenciado el Portomar Cortegada ya a falta de cinco minutos pero alguna precipitación lo impidió. Fue solo alargar la agonía porque a las extremeñas ya se les habían apagados las luces y el margen no hizo otra cosa que crecer hasta el final.
Fuente: La Voz de Galicia