Tras dos meses en su país, la pívot senegalesa del Feel Cortegada está en pleno proceso de trabajo para recuperar los diez kilogramos que ha perdido.
El parón vacacional, amplificado en el baloncesto femenino por la curiosa composición de las competiciones, puede causar algún quebradero de cabeza a los preparadores físicos de los equipos. Siempre hay el temor de que con tanto tiempo inactivas las jugadoras se presenten con algún kilogramo de más. En el Feel Cortegada, sin embargo, se produce todo lo contrario. La báscula de Amy Syll refleja una variación de alrededor de diez kilogramos, pero de menos.
Lo que ha sucedido este año no es una novedad. Viene pasando desde que la jugadora llegó a Vilagarcía y por eso no ha sorprendido en el cuerpo técnico del conjunto arousano. Ya saben que al llegar el mes de septiembre tienen que comenzar a trabajar de nuevo con la senegalesa. Comienza el reseteo de Amy. Un proceso de puesta a punto necesario para una jugadora que no pierde solo volumen muscular sino también coordinación e incluso trabajo técnico. Afortunadamente, el cuerpo tiene memoria y las cosas han mejorado mucho desde el primer verano que ella pasó de vuelta en su país.
En julio y agosto se celebra el Ramadán y Amy lo cumple a rajatabla en su país, con lo que no ingiere alimentos durante el día. Y en cuanto a los entrenamientos, más allá de que su calidad de trabajo sea mejor o peor, lo cierto es que es difícil que puedan tener un mínimo de intensidad cuando la mayoría de los días se realizan con temperaturas que superan los cuarenta grados.
Hasta aquí las malas noticias. Ahora llega lo bueno. Y lo bueno es la excepcional capacidad de trabajo que tiene Amy. «Le encanta ir al gimnasio», comentan desde el club. Esas ganas de mejorar hacen que gane el volumen perdido con rapidez. Evidentemente, a estas alturas la senegalesa no está, ni de lejos, al nivel físico que exhibió en la segunda parte de la pasada temporada, pero en el club están convencidos de que para cuando se disputen las primeras jornadas de Liga habrá alcanzado una forma muy similar.
Todo ante la que debe ser la temporada de confirmación de Amy tanto en el Feel Cortegada como en la Liga Femenina 2. En su segunda campaña como sénior, la propia Amy y el cuerpo técnico del conjunto vilagarciano saben que le ha llegado la hora de dar otro paso adelante. La irregularidad, lógica en una jugadora de tan solo 19 años, parece la única amenaza que se cierne sobre Amy. La experiencia vivida en la pasada fase de ascenso, donde probablemente se vio superada por la presión de la competición, también jugará a su favor. «Todos esperamos que se consolide y ella también tiene claro que esta debe ser su temporada», afirma su entrenador Pepe Vázquez.
Fuente: La Voz de Galicia. Edición Arousa
Fotografía: Mónica Irago