La vilagarciana deja de nuevo Fontecarmoa para recuperar su puesto en la Liga Femenina en un Cadí que la llevaba pretendiendo dos años
Era la crónica de una marcha anunciada. Solo que a estas alturas de la temporada, con una semana ya para el final de la cuenta atrás que dará paso a una nueva edición de la Liga Femenina, muy pocos contaban con ver volar de nuevo a Sara Gómez al menos hasta Navidad lejos del nido de la Agrupación Deportiva Cortegada. Un hogar para la escolta vilagarciana, al que se acogió el pasado mes de agosto en espera de una nueva oportunidad de recuperar su puesto natural en la élite del baloncesto femenino español tras quedar en papel mojado su segundo año de contrato con el Obenasa Navarra por la defunción del proyecto profesional del club pamplonica. El Cadí-ICG Software de La Seu D?Urgell es desde ayer el nuevo equipo de la jugadora con mayor recorrido en la historia de la cantera del Cortegada. El club catalán cumplirá su séptima temporada consecutiva en la LF, en la que la pasada primevera firmó su mejor resultado con un cuarto puesto final.
«Todo fue muy rápido. Me llamaron ayer -por el miércoles- y en unas horas tenía que contestar. Habían cortado a Patricia Cabrera, una escolta canaria jovencita que habían fichado este verano, y buscaban una sustituta que le de sirviese de rotación a María Asurmendi». La misma Asurmendi, recordaba ayer Sara Gómez, que conoció en su paso por el EuroCortegada y con la que coincidió la pasada campaña en el Navarra, donde también jugaba otra de nuevo compañera de la gallega, María Revuelta.
Lo cierto es que, confirma la propia protagonista, «los dos últimos años siempre tenía oferta de allí», de La Seu D?Urgell. «Pero el primero me quedé en el Celta porque me costó mucho dejar Galicia, y el segundo opté por el Obenasa porque allí estaba Víctor Lapeña», al que conocía de su paso por Vilagarcía.
Gómez, que hoy volará con destino a La Seu para exprimir las escasas jornadas que restan hasta el debut liguero del Cadí el día 12 en cancha del Bizkaia, repetirá por segunda temporada la función de directora de juego. Un puesto, el de base, en el que «cada vez me gusta más jugar».
La jugadora no quiso despedirse sin dar las «gracias al Cortegada» por acogerla en agosto cuando se quedó colgada. «Este es mi equipo. Mejor que aquí no voy a estar en ningún otro sitio. Fue solo un mes, pero lo recordaré siempre». Pero ahora, y desgraciadamente para el Portomar durante lo que parecen años, la calidad de Sara y los posibles del club vilagarciano distan un mundo. El que separa la Liga Femenina, en la que Gómez completará su novena temporada, de la LF2.
El técnico del Portomar, Rubén Domínguez mostró ayer su alegría por la jugadora, y recordó que «el equipo se construyó sin contar con la incorporación de Sara». Solo toca, pues, reafirmarse en el austero plan original.
Fuente: La Voz de Galicia