Arxil y Portomar Cortegada apurarán sus opciones de ascenso a costa de las de su rival
Nunca, desde que se enfrentaron por primera vez en la Liga Femenina 2 en la temporada 2005-06, el Arxil y el Cortegada habían llegado tan igualados a un derbi. Empatados a nueve victorias, y a dos del cuarto puesto que ocupa el Celta Selmark a falta de tres jornadas, ambos equipos apurarán esta tarde sus opciones de luchar por el ascenso a costa de enterrar las de su rival. Por ello, el de hoy (19.30 horas, CGTD) se presenta como el derbi más decisivo de cuantos se recuerdan.
Así lo atestiguan la arxilista Sandra Entenza y la jugadora del Cortegada Montse Gilabert. Ambas disputaron el primer derbi que enfrentó a ambos equipos en noviembre del 2005, el único de los siete que se han vivido en esta categoría que finalizó con victoria del bloque pontevedrés. Y hoy, con más experiencia pero la misma pasión de entonces, pronostican un duelo que se puede decantar para cualquiera de los dos bandos.
«Será un partido complicado, el Cortegada tiene un juego que nos hace mucho daño», asegura Entenza, que ve en Gilabert el mayor activo de las vilagarcianas. «Siempre nos complica, porque tiene mucha visión de juego», explica. La base arxilista conoce bien a la catalana, que militó una temporada en el bloque pontevedrés hace seis años. Y, entre bromas, reconoce que espera que hoy no tenga su mejor día, ya que recuerda que «nos hace la fiesta todos los años».
Por su parte, Gilabert recoge el guante, y destaca los peligros del Arxil. «Es un equipo muy intenso y agresivo que este año ha mejorado notablemente con María Lago, que suma mucho, y Minata [Keita], que es muy fuerte en el juego interior». Y conociendo como conoce la casa verde, apunta otra clave para el buen rendimiento arxilista. «Se les ve buen rollo y que están disfrutando, y eso es muy importante», destaca.
Así las cosas, ambas creen que se verá un buen derbi. «Espero que sea un partido de mucho ambiente en las gradas», afirma Gilabert. En todo caso, en cuanto comience el partido se acabarán los elogios y cada equipo buscará un triunfo que les permita seguir soñando con el ascenso, ya que las dos bases saben que sus equipos tienen que ganar los tres partidos que restan y esperar el fallo no solo del Celta, sino también de un ADBA que les precede en la tabla con un triunfo más.
Sin embargo, la alegría de uno será la tristeza del otro equipo. Aunque eso no impedirá que el derrotado desee la mejor suerte a su rival. «No podría ser de otra manera, tengo medio corazón ahí dentro», reconoce Gilabert.
Fuente: La Voz de Galicia
Foto: Ramón Leiro