Nuestros dos equipos cadetes se enfrentaban al Arxil el domingo a la tarde. El Portomar presentaba la baja de Camila, una de las jugadoras más experimentadas y de sus puntales defensivos.
El partido se desarrolló dentro de lo esperado: energía, agresividad y esfuerzo defensivo de las nuestras y jugar contra zona durante 40 minutos.
En un primer cuarto excelente, Portomar defendió fuerte, corrió cuando tuvo oportunidad y atacó la zona con criterio, e incluso acierto. Sólo se cedió una canasta en juego en el último suspiro del primer cuarto, lo demás fueron tiros libres concedidos al rival. Nuestra intensidad y actitud defensiva corre el riesgo de la falta, que es parte del juego y aspecto con el que las jugadoras deben convivir y aprender a controlar. Para evitar ese exceso de deseo, durante tres minutos en el segundo cuarto y dos minutos y medio más en el tercero, Portomar hizo también una defensa zonal con el fin de, cuando menos durante esos 5 minutos, experimentar que también se puede, y a veces se debe contener, y no siempre llevar la iniciativa desde la defensa, especialmente si se entra en bonus. Nuestro rival se mostró agresivo en ataque e iba fuerte al aro, casi siempre sobre el lado derecho de la cancha.
Nuestras diez jugadoras aportaron en las distintas facetas del juego, ayudas defensivas, rebote, agresivas atacando el aro con balón, abrimos el campo intentando correr, y hubo mejoras en aspectos comunicacionales. Como siempre, y es bueno que así sea, errores en las ayudas ofensivas, tanto por línea de fondo, como de exteriores acompañando en el sentido contrario del movimiento del balón, provocaron algunas pérdidas que el equipo local supo castigar. Errores propios que sobre el partido las jugadoras detectaban y reconocían, con lo que el trabajo sigue avanzando y las mentes de las niñas empiezan a ser autocríticas, conscientes y autónomas. La evolución no tiene fin, y el proceso en el que están las jugadoras del Portomar es muy bueno. Disfrutan del juego, controlan cada día mejor su emoción y, de a poco, van entendiendo la lógica interna del baloncesto. El “resultado”, cuantificado en el marcador será una consecuencia de todas estas cosas, que significan un reto personal y grupal para cada miembro del Portomar Cortegada. Eso si, a largo plazo, pues el rendimiento que empieza a ser alto, no lo mide ese marcador. Que ya se estén ganando partidos con este modelo de aprendizaje sirve para reforzar la mente de la niña, pero si no fuese así, seguiríamos el mismo camino.
El EQUIPO cree en lo que hace y en el cómo lo hace, por eso la corrección enriquece, la energía es positiva y el alma que transmite el grupo contagia optimismo. Los partidos son una sesión más para mejorar y ofrece la oportunidad, con tensión competitiva, de llevar a cabo lo que semanalmente se practica.
Enhorabuena por dar cada día lo mejor de vosotras, a nivel físico es más fácil, pero veros entregadas en concentración y a nivel mental, da orgullo al club y a los educadores que os acompañamos.
Buena semana de exámenes!!!!!!