El cadete Portomar madrugó el sábado para visitar en Santiago al Peleteiro, campeón de la Copa Galicia y que esta temporada sólo ha perdido un partido y en la prórroga. Nuestro equipo parece haber aprendido la lección de los partidos anteriores y sigue creciendo. Jugó desde el primer minuto fiel a su estilo, concentrado en su propio juego y sin ningún tipo de complejos.
Alto ritmo de juego, entregado en cada acción defensiva, pendiente de cerrar su rebote y en ataque jugando con orden y especialmente activos en las ayudas ofensivas. La puesta en escena del Portomar cogió por sorpresa a las colegiales y los parciales en el primer cuarto nos fueron favorables. Apretó defensivamente Peleteiro en el segundo cuarto que veían que la oposición del Portomar no sería un espejismo, llegaba para quedarse y plantar cara a cualquiera. Portomar ofreció un pulso en todas las facetas del juego y el segundo cuarto se convirtió en un derroche de esfuerzo defensivo por ambos lados, con dos equipos que dejaban claro que no se doblegarían fácilmente. Portomar ofreció la sorpresa de la recuperación de Sara que causó baja por lesión durante una semana y hacía que las once jugadoras volviesen a encontrarse. Las permanentes rotaciones volvieron a ser providenciales y diferenciales también, pues a medida que pasa el partido nuestros rivales bajan su rendimiento mientras que Portomar llega a los finales con frescura y clarividencia en el juego. En ataque se combinaba con certeza gracias a nuestra actividad y juego sin balón, y en defensa no se escatimaban esfuerzos.
El factor que decantó el partido fueron 5 minutos estelares de Blanca, una jugadora con un gran talento y que, a pesar de la gran defensa carrilexa, logró encadenar varias acciones ofensivas al alcance de muy pocas jugadoras en Galicia. Desde aquí felicitamos y a la vez celebramos enfrentarnos con equipos tan potentes y con jugadoras tan buenas como Valiño y Millán en las últimas jornadas. Como la semana anterior, Portomar se quedó a las puertas de pelear el partido, y sólo el final del mismo hizo posible la victoria local, pues un par de minutos más hubiese significado poner contra las cuerdas a Carmelitas y Peleteiro.
Hemos vuelto a jugar un gran basket y ha sido un partido duro contra, otra vez, un gran rival. Una por una habéis dado pasitos adelante y la suma de los esfuerzos y concentración ofrece un nivel elevado. El equipo se ha sentido capaz de ganar, tiene fe, sabe a lo que juega y hemos disfrutado del partido. El poder del grupo es grande: Uno para todos y todos para uno.
Nos espera una prometedora media temporada por delante.