Evidentemente, hasta el último momento el Feel Cortegada mantendrá viva la esperanza pero tanto la junta directiva como el entrenador saben que, salvo giro radical, lo más probable es que Amy Syll no pueda jugar el encuentro de mañana contra el Universidad de Oviedo en el Pabellón de Fontecarmoa.
El letrado de la FIBA encargado de decidir sobre el asunto, Benjamin Cohen, está de vacaciones y nadie parece decidido a mover ni un solo papel sin que él, que regresará de su descanso el lunes, dé el visto bueno. La junta directiva del Feel Cortegada sigue intentándolo -de hecho, Gorgoso no descartó aún a Pepe Vázquez la opción de que pudiera jugar- pero los plazos se agotan.
El principal problema, y seguramente el motivo por el que la FEB no se quiere coger las manos, es que en el comunicado que la FIBA mandó al organismo nacional y que finalmente llegó al club parece que se pone en duda que los documentos que en su momento, es decir en el 2009, el Cortegada presentó para diligenciar la primera licencia de Amy Syll sean legales. Es decir, más allá de la posible confusión sobre si hay una Amy Syll o dos de lo que duda la Federación de Senegal -que es quien ahora presentó la denuncia- es de que la documentación original sea correcta. Y si esa sospecha se convierte en cierta el asunto trascendería ya la vertiente estrictamente deportiva y derivaría en otras circunstancias más incómodas.
Fuente: La Voz de Galicia