Hace hoy veintiún días que jugó el Portomar Cortegada por última vez. Sucedió en Badajoz y en un partido que concluyó de la mejor manera para las de Rubén Domínguez, que consiguieron allí su tercera victoria de la temporada. Desde entonces, parón navideño, vuelta a los entrenamientos y los virus, que se han instalado en el vestuario. Primero fue una gastroenteritis, que dejó k.o. a Laura Aliaga, luego le tocó el turno a Salomé y la última víctima es Alejandra Nogueira. En este caso con algo más serio porque tiene varicela, que llegó, al parecer, como regalo de Reyes de su ahijada. En resumidas cuentas, que el conjunto vilagarciano tendrá que lidiar con las dificultades que le plantee esta tarde (Fontecarmoa, 19.30) el Arxil y con las inherentes a esta racha de adversidades sanitarias.
El parón navideño, de todas formas, también ha variado las circunstancias del partido, porque Taj Ashmeade decidió abandonar el conjunto pontevedrés para fichar por el Cadi La Seu. Para resumir el impacto de su ausencia recurramos a los números: todo el Arxil tiene una valoración de 398 y la jamaicana sola, 186. Era la máxima anotadora, reboteadora y la jugadora que más minutos estaba en pista. Para sustituirla el club capitalino se hizo con Maimouna Diarra (jugadora que estuvo en la órbita del Portomar Cortegada antes del fichaje de Mame Coumba) pero por problemas con el visado todavía no ha podido salir de Senegal.
El plan
Así las cosas, el plan del encuentro por parte de las locales está claro: buscar las ventajas que debe tener ante el mermado juego interior del Arxil. Rubén Domínguez se mostraba relativamente optimista ya no solo ante este partido sino ante los próximos porque ha observado una mejoría notoria en su equipo desde el inicio de la campaña. «Vamos avanzando y poco a poco estamos siendo más competitivos», resume. Un triunfo local igualaría a las vilagarcianas con las pontevedresas en la tabla.
Fuente: La Voz de Galicia
Foto: Mónica Irago