El Arxil plantó cara hasta los dos últimos minutos del derbi
Estuvo metido el Portomar Cortegada en un atolladero, en un callejón que parecía que no tenía salida, hasta que a falta de dos minutos vio por fin la luz del final del túnel y corrió hacia la victoria. Tuvo que superar todos los obstáculos que le planteó un Arxil que, quizás, salió más satisfecho de su trabajo pese a la derrota porque dio la impresión de haber exprimido más sus recursos que las vilagarcianas.
El partido fue extraño. Raro porque tuvo muchos puntos, es la primera vez en la temporada que el Portomar Cortegada alcanza los 85 puntos y que el Arxil llega a la frontera de los 80 y por cómo se desarrolló. El conjunto pontevedrés, acertadamente, apostó por embarullarlo. Pero no solo eso. Contradiciendo todas las previsiones fue quien más ventajas sacó dentro de la pintura. Lo hizo merced al trabajo de María Lago y de Cristina Díaz-Pache, que supieron aprovechar los huecos que dejaban sus compañeras, todas muy abiertas, para postear a sus defensoras. De ahí surgieron muchos puntos que mantuvieron con vida al Arxil durante la mayor parte del encuentro.
El Portomar Cortegada, sin embargo, no fue capaz de plasmar su supuesta superioridad bajo los aros. El pase más elevado que recibió Mame Coumba fue a la altura de su ombligo. Acabó con diecisiete puntos pero la mayoría de ellos fueron en el modo escoba. Andrea, el otro referente interior, lanzó solo siete veces a canasta.
Pese a todo, el gran lío del Portomar Cortegada llegaba al poner el balón el juego. Cada saque de fondo o de banda era como un parto. El plan estaba claro: bloqueo entre las dos exteriores para que una saliera con ventaja y recibiera el balón, pero el pase iba al hueco o al pie cuando el secreto del baloncesto es pasar a la mano del receptor. El Arxil aprovechó esa sangría para mantenerse en el partido. Entre eso y el trabajo de María Lago le bastaba. Tanto como para entrar en el último cuarto por delante y estar dominando hasta el tramo final (68-69, min 37). La cuarta personal de Lago y el acierto de Montse Gilabert y de Laura Aliaga, que firmó unos números de WNBA (22 puntos y 17 rebotes), le pusieron la puntilla al encuentro.
Las pontevedresas lo intentaron hasta el final pero les fallaron las fuerzas y el Portomar Cortegada consiguió la cuarta victoria de la temporada. En un último aliento se colocaron a cinco puntos a falta de 31 segundos pero, al contrario que en el resto del encuentro, las locales supieron mantener la calma y ganaron el encuentro.
Fuente: La Voz de Galicia