El Cortegada vuelve a estar envuelto en un mar de dudas. Cuando parecía que su particular plan de saneamiento, que le valdría para amortizar la importante deuda que arrastra desde hace varias temporadas, iba por el buen camino, un nuevo golpe lo ha colocado de nuevo en situación límite. La importante deuda que Feel, el patrocinador del club, mantiene con la entidad, y que alcanza los 57.000 euros, tiene al conjunto vilagarciano en la encrucijada. El club podría renunciar a jugar la próxima temporada en la Liga Femenina 2 algo que, de hecho, ya estuvo a punto de suceder hace un par de temporadas cuando Andrés Quintá decidió dar un paso al lado y abandonó la presidencia de la entidad.
Dos semanas decisivas
Las dos próximas semanas serán decisivas. La junta directiva de la entidad vilagarciana ha establecido diversos contactos con varias firmas para buscar un patrocinio conjunto. La fórmula no es nueva. Ya la usó el propio Cortegada hace tres lustros cuando Miguel Ángel González se sacó de la chistera aquel Grupo 10 que ayudó a mantener al equipo en la máxima categoría durante un par de temporadas.
En cualquier caso, la gran preocupación de la junta directiva es que el anterior patrocinador pague la deuda y que, así, el club pueda a su vez asumir los compromisos que tiene con jugadoras y entrenadores y que no ha podido cumplir en su totalidad hasta la fecha. Los responsables del club están en contacto con los de Feel y todavía mantienen la esperanza de que abone lo adeudado porque «aún no nos dijeron que no lo iban a hacer», argumentan.
Interés en contar con Salomé y Andrea
Cualquier atisbo de confección de plantilla es todavía una quimera. Dos bajas son definitivas porque tanto Amy como Ylenia jugarán en la Liga Femenina. De las demás, y si finalmente el Cortegada se inscribiera en la Liga Femenina 2, la directiva está interesada en poder contar con Salomé y Andrea, además de con Eva Arines y Alejandra Carballa, acompañadas por júniors como Marta Carregal. Y no se descarta en el club, incluso, la continuidad de Montse Gilabert.
Fuente: Antonio Garrido. La Voz de Galicia.