Espe tiene muy claras las etapas que ha pasado y todo lo que le queda por venir
Es mentira que la gente joven no tenga las cosas claras, que no sepa de dónde viene y a dónde quiere ir (otra cosa es que les dejen llegar a buen puerto). Es mentira que no tengan capacidad de sufrimiento, que sean cómodos, que no sepan sacrificar algunas cosas para poder sacar más partido a las que de verdad les gustan. Es mentira, al menos, que sea algo generalizado. Es probable que haya jóvenes que tengan el rumbo equivocado, probablemente no por culpa suya sino porque el temporal que nos azota es de órdago, pero hay otros muchos que no. Pongamos el ejemplo de Espe Ventoso -aunque se ponga colorada al leer estas líneas-, una chica que tiene muy claros los pasos que ha dado ahora en su vida deportiva y los más inmediatos que le esperan.
Espe comenzó a jugar al baloncesto «a los nueve o diez años», que no lo tiene muy claro, pero sí recuerda que fue su padre quien la llevó al pabellón de Carril por primera vez y que ese fue su bautismo con un deporte que le era relativamente desconocido hasta entonces. Eso sí, deja claro que se internó en este mundo que ya no ha abandonado «porque quería yo», en un atisbo de ese carácter que exhibe en la pista y que la ha llevado a que algún directivo la haya comparado con Ylenia Manzanares por ese pronto que la hace no dar ni un balón por perdido.
Fuente: Antonio Garrido. La Voz de Galicia
Fotografía: M.M.