Un parcial de 0-11 en el tramo final privó al Cortegada de poder imponerse al líder
Portomar 55
Andrea Ríos (10), Montse Gilabert (16), Laura Aliaga (6), Salomé García (10), Mame Sy (6) -quinteto inicial- Marta Carregal (-), Alejandra Carballa (-), Carla Cores (-), Alejandra Nogueira (7).
Universitario 59
Cristina Pedrals (10), Marta Tudanca (10), Mireia Vila (11), Ashley Arlen (13), Beatriz Sánchez (8) -quinteto inicial- Saray Calvo (-), Lucía Méndez (5), Itziar Llobet (2) y María Alejo (-).
PARCIAles: 18-19; 32-29 (14-10); 47-43 (15-14); 55-59 (8-16).
ÁrbitroS: Domínguez Portas y Pérez Freire. 18 faltas a las locales y 13 a las visitantes. Sin eliminadas.
Con la miel en los labios se quedó el Portomar Cortegada. El Universitario de Ferrol tuvo que emplearse al máximo y sacar lo mejor de sí mismo para salir airoso de su paso por Fontecarmoa. Ni su condición de líder y poderoso presupuesto coartó el repertorio de buen baloncesto de las de Rubén Domínguez ante un rival, que no olvidemos, en pretemporada le había superado por cincuenta puntos.
Tenía muy claro el Portomar Cortegada que sus opciones pasaban inexcusablemente por dormir el ritmo. Un partido a muchos puntos no convenía y poco a poco se fue consiguiendo. En ello tuvo mucho que ver la perfecta preparación de partido de Rubén Domínguez. Los cambios defensivos planteados y la selectiva atención sobre las jugadoras rivales permitió que el partido se fuese colapsando. La ausencia de fluidez favorecía a las vilagarcianas que, además, eran capaces de controlar el rebote lo que desesperaba aún más a las ferrolanas.
Con Montse Gilabert al mando de las operaciones, el Portomar era capaz de leer las ventajas con rápidas circulaciones. Salomé García unió su velocidad en las situaciones de rotura de la presión visitante y el Universitario se veía incapaz de echarle el lazo al rival.
A falta de poco más de cinco minutos para el final, la proeza se mascaba en Fontecarmoa. Con 55-48 en el marcador todo parecía indicado para la victoria local, pero ahí fue cuando se apagó la luz. Lino López ordenó defender a Gilabert para que ni pudiese recibir y las buenas ideas empezaron a escasear. Las pérdidas de balón se repitieron y las visitantes fueron comiendo terreno hasta hacerse con una victoria que dejó a las locales con un sabor agridulce al no poder culminar una gran faena.
Fuente: Faro de Vigo
Foto: Noé Parga